Las grandes empresas del mundo son las que más se beneficiaron de la globalización y el libre mercado, ampliando su capacidad financiera y llegando a todos los rincones del mundo con su cadena de valor. Por ese motivo, también pueden marcar una diferencia en el combate contra el cambio climático y son, sobre todo, necesarias para propulsar una transición hacia una economía baja en carbono y, un desacople entre emisiones y crecimiento.
Pero para eso, es necesario analizar e incorporar a las empresas cómo actores sociales clave y empezar a desarrollar un framing adecuado que les sirva tanto a los accionistas para entender las implicancias del cambio climático en las compañías donde ponen su capital, como a los CEOs para ayudarlos a tomar las decisiones estratégicas que concreten la transformación necesaria.
Resultará efectivo dejar de enfocarse solo en los comportamientos de las personas o en el rol de los gobiernos para tener una visión más holística que incorpore a las empresas y aproveche su capacidad de generar cambios a escala global.
En búsqueda de un framing atractivo para las empresas
Las empresas son actores sociales fundamentales en el mundo globalizado de hoy, donde muchas multinacionales tienen presencia en decenas de países y capacidad financiera mayor que la mayoría de estos. Al mismo tiempo, no se puede dejar de lado la capacidad de influencia de los actores corporativos en la definición de políticas públicas, las negociaciones internacionales y el desarrollo de mercados.